lunes, 1 de octubre de 2012

Agua que no has de beber…


Por Denis María Reyes
A diario la vemos, la tocamos, nos deleitamos con ella y sabemos que es imprescindible, pero la dejamos correr, correr… y hasta disfrutamos cuando se escurre suavemente por un largo y estrecho conducto hasta perderse irremediablemente; mas cuando no la tenemos ¡cuánta falta nos hace! Es entonces cuando le damos el verdadero valor al agua.

“Agua que no has de beber…”, contrario al proverbio, no la dejes correr porque es vital para todo: sino para una finalidad, será útil para la otra; y cuando no para aquella, lo es para refrescar el recalentado y mal tratado ambiente que nos ha tocado compartir en nuestro tiempo.

Según estudios de la Unesco realizados en 1998 la disponibilidad de agua mundial había disminuido en un tercio; y si tenemos en cuenta que la demanda es mayor que este recurso, llegaríamos a la conclusión de que la necesidad de ahorro es inaplazable. Más aún cuando se pronostica que para el 2025, el 50 por ciento de los recursos hídricos estarán en estrés, lo que significa, en ese orden, que la situación de la población mundial será crítica.

El Día Mundial del Agua se celebra hace unos 20 años a esa escala y en nuestro país, Cuba, desde un año después de instituida la fecha, pero el compromiso con la humanidad y nosotros mismos, ha de ser diario, porque el recurso se agota; es renovable, pero finito.

Persuadida de la importancia del agua Cuba acometió desde hace algún tiempo el programa “Voluntad Hidráulica” en el que previó, desde sus inicios, una infraestructura que garantizaría la construcción de embalses, mantenimiento y protección en general de estos y de todos los recursos hídricos del país.

El proceder anterior situó a la Isla caribeña en una posición privilegiada para enfrentar los fenómenos naturales, aprovechar la única fuente proveedora que tiene el país (la lluvia) y garantizar el suministro a la población del vital líquido, ahora con mayor calidad y de forma sistemática, aunque sabemos que aún así el per cápita actual no es totalmente suficiente.

Como parte de las acciones para enfrentar la sequía que azota el país, acrecentada por el cambio climático, en la norteña provincia de Holguín se inició el Trasvase Este-Oeste que va, desde esta región oriental hasta las demarcaciones de Las Tunas y Camagüey, faena que, al igual que otras similares en el país, previó el enlace de varias represas y la ejecución de las obras ingenieras que complementan el proyecto.

En Cuba, numerosas campañas responden por las enseñanzas para la protección de las cuencas de agua e involucran a niños, mayores y a entidades gubernamentales, al par que se implementan concursos y Talleres que amplían los conocimientos sobre la importancia y la necesidad de cuidar el finito recurso. Además de la amplia divulgación sobre el tema a través de los medios de comunicación masiva.

Aún no lo percibimos en toda su dimensión, pero más que el petróleo, el oro o cualquiera de los minerales, el agua supera su valor, pues podemos vivir sin los primeros, mas no sin ésta; y como tal no es errado aceptar, como ya han predicho expertos, que cuando este recurso entre en trance, será el ente principal de las futuras contiendas en el mundo.

¿Se imagina la Tierra sin agua? De hecho dejaríamos de existir. El agua viene a ser la ‘sangre’ de ésta; representa en ella lo que es para el cuerpo, el encarnado torrente que recorre perennemente nuestras venas y sin el cual no podemos vivir. Los filones de agua vigorizan el Planeta, y cuán más saludables, más duraderas la existencia de éste y de sus residentes.

Hoy las reservas de agua potable son cada vez más escasas, existen millones de seres de todas las especies que perecen por falta de ella y la piel del Planeta, igual, está quebrándose. En el presente la situación ya es muy crítica para muchos terrícolas ¿cómo será para el 2025, fecha en que -prevén investigadores- dos terceras partes de la población mundial se verá en problemas para obtener el importante recurso natural?

Se anota en estadísticas de la ONU que la producción de alimentos para cada persona requieren de unos tres mil litros de agua ¡Imagine cuántos más se necesitarán cuando la población mundial para el 2050, según calculan las autoridades, haya crecido en unos dos mil millones!

De la importancia del agua podrían llenarse infinidad de cuartillas, pero más que atiborrarlos con textos que de una manera u otra ya conocen, es menester hacerles comprender cuánto urge que aprendamos a cuidarla como un elemento esencial para la vida terrestre, pues ésta ¡sin dramatismo! dejaría de existir sin nos faltase la misma.

Aún ahora la tenemos, más o menos pura, pero no queramos que nuestros sucesores nos tilden de egoístas al darse cuenta que sólo dejamos para ellos viciados depósitos de aguas pútridas que irremediablemente seguirán debilitando la resistencia del hermoso planeta azul.

Por todo lo expuesto “Agua que nos has de beber…”, no la dejes correr, e igual, déjala tan cristalina como la recibieron nuestros antecesores para que además de saciar la sed, siga siendo el sostén de los seres, tanto en el hoy como en el mañana.

1/10/12

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