Por Denis María Reyes
La humanidad se desarrolla aceleradamente en todos los campos científicos y técnicos –y no es malo- pero en su precipitada carrera no se ha percatado que con su arrollador paso deja pérdidas irreparables que a la vuelta de unos años comprometerán la estabilidad del planeta.
Con el pasar del tiempo el hombre se ha ido sirviendo de cuantos recursos naturales le ha proporcionado el medio, entre ellos el agua, líquido vital para la existencia humana y la propia tierra que sin ella morirá junto a su mayor depredador.
Repetidamente decimos que el agua será el oro del futuro, oro que hoy despilfarramos y contaminamos indolentemente, a pesar de saber que el vital líquido es uno de los principales componentes del mundo y del propio ser humano, cuyo cuerpo lleva entre el 60 y el 70 por ciento del valioso elemento.
Conocemos que el agua es esencial para cualquier forma de existencia, como también lo es para la casi totalidad de los procesos químicos naturales y para los que se llevan a cabo en los laboratorios, así como para la preparación de los alimentos, la conservación de la higiene y para casi todo lo que hacemos, entonces no hace falta más para comprender su importancia para la existencia.
El 97.5 por ciento del agua que contiene el planeta es salada, por lo que solamente el 2,5 por ciento de este líquido, no renovable, es potable.
He ahí una de las razones por las que debemos proteger el vital elemento, hasta hoy seguro, pero, al paso que vamos, de dudosa existencia para las futuras generaciones.
Según informe de las Naciones Unidas el 79 por ciento de las precipitaciones termina en los océanos y sólo el 2 en lagos, lagunas y ríos, mientras que las gotas caídas en la tierra no superan el 19 por ciento. Sin embargo estas últimas tienen singular importancia por ser las que pasan al manto freático.
El gasto, tanto en los hogares como en la agricultura y en las industrias, de por sí es elevado, pero si los consumidores evitan el despilfarro, de seguros los habitantes del presente entregarán un mundo aún con agua a las generaciones futuras.
Por el agua existimos nosotros, los animales y el mundo vivo que nos rodea y nos alimenta. Es uno de los mayores tesoros que la naturaleza le entregó al hombre ¡A protegerla, pues, por la salud de tu planeta y por ti!
Con el pasar del tiempo el hombre se ha ido sirviendo de cuantos recursos naturales le ha proporcionado el medio, entre ellos el agua, líquido vital para la existencia humana y la propia tierra que sin ella morirá junto a su mayor depredador.
Repetidamente decimos que el agua será el oro del futuro, oro que hoy despilfarramos y contaminamos indolentemente, a pesar de saber que el vital líquido es uno de los principales componentes del mundo y del propio ser humano, cuyo cuerpo lleva entre el 60 y el 70 por ciento del valioso elemento.
Conocemos que el agua es esencial para cualquier forma de existencia, como también lo es para la casi totalidad de los procesos químicos naturales y para los que se llevan a cabo en los laboratorios, así como para la preparación de los alimentos, la conservación de la higiene y para casi todo lo que hacemos, entonces no hace falta más para comprender su importancia para la existencia.
El 97.5 por ciento del agua que contiene el planeta es salada, por lo que solamente el 2,5 por ciento de este líquido, no renovable, es potable.
He ahí una de las razones por las que debemos proteger el vital elemento, hasta hoy seguro, pero, al paso que vamos, de dudosa existencia para las futuras generaciones.
Según informe de las Naciones Unidas el 79 por ciento de las precipitaciones termina en los océanos y sólo el 2 en lagos, lagunas y ríos, mientras que las gotas caídas en la tierra no superan el 19 por ciento. Sin embargo estas últimas tienen singular importancia por ser las que pasan al manto freático.
El gasto, tanto en los hogares como en la agricultura y en las industrias, de por sí es elevado, pero si los consumidores evitan el despilfarro, de seguros los habitantes del presente entregarán un mundo aún con agua a las generaciones futuras.
Por el agua existimos nosotros, los animales y el mundo vivo que nos rodea y nos alimenta. Es uno de los mayores tesoros que la naturaleza le entregó al hombre ¡A protegerla, pues, por la salud de tu planeta y por ti!
27/08/11
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