lunes, 25 de abril de 2011

Cógele la vuelta a la vida


Por Denis María Reyes

Podría comenzar de tantas maneras que las ideas confluyen y no sé por dónde abordar el tema. Es que hay tal número de cosas de qué platicar, que sobran los motivos; pero, como de cualquier manera el asunto me fascina, escojo uno: la vida y sus encrucijadas. 

Y es que, no hay un ser que no tenga programado ‘en su hoja de ruta’ un ramalazo. Si no fue ayer, será hoy o mañana, por una cosa u otra, sea responsable o no; pero en cualquier momento de su fugaz existencia, aflorará la adversidad ¡Ah! pero lo importante será saber sortear las vericuetos que encontramos en el camino.

La vida, no sin sus escollos, pero puede ser todo lo buena que tú quieras que sea, solamente tenemos que hacer lo que corresponda, en su momento, para ser feliz a la vuelta de cada sol.

¿Qué es lo que pasa si tenemos una llaga y presionamos sobre ella a intervalos, en vez de curarla? La respuesta es obvia; entonces es mejor buscar la solución a los dilemas, cualquiera que sea, que devanarnos en un mar de lamentos.

Cuando se es obcecada, la mente y el cuerpo enferman; y de todos es conocido que el dolor sólo no pasa, si no queremos ¿Valdrá la pena ‘morir de amor’, cuando hay tantas y tantos necesitados de ese afecto? Amigos, no se olvida cuando nos negamos a hacerlo. Se lo aseguro.

Desde que tenemos escasos años sabemos de la muerte –hasta hoy- imposible de evitar; e ineludiblemente la sufrimos, pero ¿Por qué detener ahí el curso normal de la vida? Mire a su alrededor y encontrará grandes razones para seguir de pie.

¿Si realmente deseas vivir con gusto? No te resistas a olvidar lo que has de borrar de tu memoria; renuncia a todo lo que reconozcas inalcanzable y aleja de ti cualquier cosa que te corroa el alma: hostilidad, envidia, ira, celos, antipatías, ambiciones, egoísmo, prejuicios, hipocresías; y tiende tu mano al prójimo ¿A cambio? De nada… ¡Ah, sí de algo! De su felicidad y la tuya por el placer de ayudarlo.

Tras cada noche hay un nuevo amanecer y todo un día para disfrutar lo que haces; sin apremios innecesarios, sin apurar las horas que, aunque sólo sea en tu mente, se acorta la estancia en este paraíso terrenal, que por cierto, no pocos lo quieren acercar a su fin.

Cógele la vuelta a la vida y verás cuán encantadora es.

25/04/11

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