domingo, 9 de enero de 2011

“La felicidad es como las neblinas ligeras...”

Por Denis María Reyes.

Vivir se sabe cuando llega la experiencia –afirman algunos- pero entonces falta juventud, y es cierto, por eso toca a quienes han rebasado los años mozos enseñar a los nuevos para que aprendan a cruzar los, a veces, tormentosos caminos de la vida. 

La rutina indica que no se sabe vivir si no hacemos hacia un lado lo que ya no servirá para nada, pues, como reza en el refranero popular: ‘lo que pasó, pasó’, o ‘a lo hecho, pecho’; lo mismo que, “a otra cosa mariposa”. Y es que, la vida, es “un tantito así de chirriquitina”.

Así las cosas para qué atormentarse con lo que se hizo mal o se frustró. Lo importante en tu presente es alcanzar lo que si se puede y dará bienestar a los seres queridos, a los semejantes o a ti. Es preciso mirar al frente, obviando todo lo que no tenga solución y esté fuera de nuestro alcance.

Sí, porque no es de sabios idear conquistar la luna –por citar un ejemplo- si no tenemos con qué; y no es que no seamos audaces ante las situaciones difíciles, sino que hay que luchar por las causas viables. Todo a su tiempo, racionadamente y nunca ambicionar lo que otros tienen, sino luchar por lo que se sabe posible o necesitemos para vivir con decoro.

“La felicidad es como las neblinas ligeras, cuando estamos dentro de ella no la vemos”, sentenció el Apóstol de Cuba, José Martí. Siempre está al alcance de tu vista, sólo tienes que actuar con astucia para no dejarla escapar ¿Por qué aferrarte en quien no te ve si hay otros u otras que aprecian en ti el ideal de su vida? ¿O a metas imposibles con tantas dables?

De las maravillas del mundo algunas nos toca solamente por el privilegio de haber nacidos en él, pero otras hay que conseguirlas con la sabiduría que da el estudio, el trabajo y la armonía entre los hombres. Lo contrario acarreará aflicciones irreparables.

“Quien bien te quiere te hará llorar” dice la voz popular desde tiempos inmemoriales, y es que, un amigo o quienes te aman indicarán el camino correcto aunque sea al precio de tus lágrimas, mientras las malas amistades exaltarán tu ego con adulaciones falsas sólo para obtener prebendas. Un buen colega jamás aplaudirá algo que dañe la salud, la estabilidad o el bienestar social y psíquico del ser apreciado.

Acaso nuestro órgano pensante -pregunto- es inferior al de los otros. En mi opinión NO. Se trata de desarrollar el intelecto y aprender a distinguir lo que nos concierne y conviene. Sin soslayar las experiencias ajenas, hay que ser hábiles al razonar y andar para que las mentes torcidas que intentan incorporarnos a su redil, tengan que claudicar.

La salud, el conocimiento, la cultura y el trabajo, proporcionan prosperidad, porque de ellas dependen la fuerza, la sabiduría, el decoro y la posibilidad real de sostener una familia: la célula fundamental de la sociedad ¿Qué más hace falta, inquiero, para vivir bien? Nada, porque lo demás… es pura vanidad que nadie podrá llevarse al lecho final de su vida.

09/01/11

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