Por Denis María Reyes
Comenzó la
primavera en Cuba, esa que inicia cada septiembre, la que esta vez fue el día primero,
y estuvo matizada por el colorido de los uniformes escolares que llevan con distinción
miles y miles de educandos que prosiguen o se adentran por primera vez en el
dulce laboreo estudiantil.
Cada uno se
dispone a alcanzar triunfalmente su meta, por eso apenas iniciado el camino
sueñan con lo que serán mañana: médicos, maestros, enfermeros, pilotos, como
papá o periodistas como abuela y abuelo para “escribir en los periódicos o
hablar por la radio”, según su propio decir.
Sueños que aquí
no son quiméricos porque el Estado
Cubano garantiza gratuitamente las enseñanzas a sus niños, jóvenes y adultos.
Este primero de septiembre las aulas se vistieron de gala: lápices, cuadernos,
libros, acuarelas y disímiles materiales de estudios relucieron en los pupitres
colmando de felicidad, principalmente a los pequeñines que por primera vez
iniciarían sus pasos en el aprendizaje de leer y escribir ¡Quién volviera a ser
niño, pensé!
Es que no tuve
esa suerte, pues apenas me faltaban días para arribar a los 14 años de edad
aquel Primero de enero de 1959 cuando “los rebeldes” me permitieron desplegar
las alas y remontar el vuelo para “tomar el cielo” que hoy nuestros niños alcanzan
con la seguridad que no tuve en mis primeros tiempos.
Este septiembre Pedrito,
Markito, Leliet, Fernandito, Susi –por citar algunos de los tantos que se
insertan en el maravilloso mundo estudiantil- acaban de comenzar el preescolar
y ya sus padres sienten la seguridad de que tendrán garantizado su futuro.
Ayer millones de
niños cubanos iniciaron su certero viaje hacia el progreso, como debiera
ocurrir con todos los pequeños del mundo, proporcionándoles el acceso libre a este derecho humano tan elemental
para tener una vida digna y de bienestar social para ellos y la comunidad que
los verá crecer.
Globalícense las enseñanzas
y no las masacres de vidas inocentes, ese, en fin es el mensaje con el que
quiero ungir la mentalidad criminal de algunos gobernantes de hoy.
Globalícese, igual, la paz y los niños y
jóvenes de hoy podrán cumplir el cometido del futuro.
2/9/14
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