Entre los principales resultados científicos del país en el 2015, destaca
el proyecto de desarrollo y producción industrial del cemento de bajo carbono
desarrollado por el Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y
Materiales
24 de junio de 2016 22:06:51
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SANTA CLARA.—Entre
los principales resultados científicos del país en el 2015, destaca el proyecto
de desarrollo y producción industrial del cemento de bajo carbono en Cuba, de
la autoría del Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales
(Cidem), perteneciente a la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas
(UCLV), el cual, dada su trascendencia, obtuvo uno los Premios Nacionales de la
Academia de Ciencias de Cuba, además de merecer Premio Especial del
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente por su impacto económico.
Se trata
de una iniciativa nacida de la cooperación entre la principal universidad
villaclareña, la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne, en Suiza y un grupo
de organizaciones académicas y de desarrollo en la India, lo cual ha permitido
alcanzar un logro científico de incalculable valor, teniendo en cuenta la alta
demanda de cemento a nivel mundial, destacó el doctor José Fernando Martirena
Hernández, director del Cidem.
Explica el
prestigioso científico que desde hace varios años el referido grupo viene
trabajando en esa inventiva, a partir de la necesidad de incrementar las
entregas de cemento, proceso que debía ser acometido con inmediatez, pero desde
una perspectiva ecológica, dada la alta contaminación que genera para el
medioambiente la producción de ese material por los métodos
tradicionales.
Fue así
como, tras varios experimentos, se llegó al novedoso resultado, alcanzado a
partir de la sustitución de una gran parte del clínquer utilizado en la
fabricación del referido polvo, por arcilla calcinada y carbonato de calcio, lo
cual reduciría entre un 20-30 % de las emisiones de CO2 a la atmósfera en
comparación con otros tipos de cementos, explica el doctor Martirena.
Otro logro
que avala la utilidad de la innovación, es que el producto conseguido permite
casi duplicar la cantidad de cemento producido por los métodos tradicionales,
aclara el científico, quien añade que el LC3, como también se le llama, alcanza
propiedades similares o incluso superiores al Portland, y su mezcla puede ser
producida de manera muy fácil en las líneas existentes en Cuba y otras regiones
del mundo, con el único requerimiento de pequeñas inversiones de capital.
Por su
trascendencia, esta innovación ha tenido una extraordinaria acogida a escala
mundial, como se evidenció durante la presentación a la comunidad científica el
pasado año por parte de la agencia internacional que tiene contratado el
proyecto, con base en Bélgica, la cual resaltó el papel de Cuba, país que ocupa
un lugar de privilegio a partir del trabajo desarrollado por el Centro de
Investigaciones y Desarrollo de Estructuras y Materiales, destacó Martirena
Hernández.
Tal ha
sido la acogida del cemento LC3 que en estos momentos ya está en fase de
estudio o de inversión para introducir la tecnología de producción por parte de
unas 15 compañías en más de diez países.
UNA
OPCIÓN VIABLE PARA CUBA
Ante la
creciente demanda de materiales de construcción y la imposibilidad de poder
disponer de manera inmediata de las cantidades suficientes de cemento para
acometer las múltiples obras estatales y privadas que hoy se levantan por
doquier, la única elección factible en el corto plazo sería la producción del
cemento de bajo carbono.
Según las
reflexiones del director del Cidem, en el actual contexto de actualización de
nuestro modelo de desarrollo económico y social, la producción del LC3 podría
ayudar a alcanzar las metas previstas en materia de construcción, preservando
además el medioambiente.
Hoy se calcula
que las reservas hipotéticas de arcillas con propiedades que les permiten ser
usadas en la producción de cemento LC3 en Cuba triplican los estimados
iniciales hechos por las autoridades competentes, lo cual resulta un incentivo
para acometer la tarea.
En ese
sentido, destaca el proyecto de producción industrial del cemento de bajo
carbono implementado en nuestro país, donde ya se han construido estructuras
usando ese material con resultados muy halagüeños, dijo el especialista, quien
recordó como Cuba pudiera ser la primera donde el LC3 sea producido a escala
comercial.
Dijo
asimismo que hace tres años se realizó una prueba en la fábrica Siguaney, de
Sancti Spíritus, donde fueron producidas más de 100 toneladas de cemento a
partir de la sustitución de una buena parte del clínquer por una combinación de
arcilla calcinada, conocida como Metakaolin, y carbonato de calcio,
obteniéndose un producto de muy buena calidad.
Luego de
ese ensayo, se sometió el producto obtenido a estudios en laboratorios, además
de ser empleado en otros lugares muy agresivos como la cayería norte de Villa
Clara, demostrándose que el nuevo cemento es de similar resistencia que el
creado por vías normales, y de una firmeza muy superior a la penetración de
agentes como los cloruros, los cuales pueden producir daños en la matriz del
hormigón.
Adicionalmente,
la Industria de Materiales de Construcción de Villa Clara produjo miles de
bloques huecos de hormigón utilizando el LC3, también con muy buenos
resultados, reconoció el especialista.
De manera
paralela, el Cidem trabajó con pequeños productores que asimilaron la
tecnología para producir este cemento a escala local, mezclando cemento
Portland P35 con desechos de arcilla roja (chamota) y piedra caliza, productos
que son triturados en pequeños molinos para producir un cemento del tipo LC3,
el cual fue empleado en la construcción de cimientos, pisos de hormigón,
producción de bloques y otras aplicaciones no estructurales.
El nuevo cemento
ya fue incluido dentro del nomenclador del Grupo Nacional de Producción Local y
Venta de Materiales del Micons, y permitirá duplicar su producción a escala
local a partir de una disponibilidad mínima del cemento P35.
De igual
manera, el Comité Técnico de Normalización No. 22 “Cemento y cal”, evalúa en el
presente una propuesta de norma que podría cubrir la producción de este cemento
en Cuba.
Como se ha
dicho, en la actualización del modelo económico y social cubano, la
aplicación de los resultados de la ciencia y la técnica a los diferentes
procesos productivos, es decisiva para el desarrollo. En tal sentido, valdría
la pena evaluar la posibilidad de generalizar las conclusiones que aporta esta
investigación.
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