Por Denis María Reyes
Algunos reptiles tienen
peculiares maneras para engatusar o embaucar a sus posibles presas. Los
lagartos mueven la cola hacia uno y otro lado y de pronto ¡zas! saltan sobre sus
víctimas, en tanto el majá –dicen- mientras
clava sus colmillos suaviza la mordida con un leve soplido. Así, de diferentes
maneras, unos y otros logran, o al menos intentan, alcanzar su objetivo: atrapar
el posible botín.
Los humanos, con
inteligencia ¡nada despreciable! Unas veces bien intencionada, de vez en
cuando, no tanto, también usan miles de ardides para alcanzar sus maquinaciones;
en ocasiones lo hacen de formas medio encubiertas y en otras, a plena luz; lo
que algunos olvidan es, que ese talento no es privativo solo de ellos, pues terceros,
igualmente cavilan y actúan acorde a sus pensamientos.
Amigos, es que,
hay momentos en que, cuando unos van de camino, ya otros fueron y regresaron.
Ténganlo presente.
No es casual que,
cada vez que la situación se torna candente en un punto cardinal, escogido,
precisamente, por los agitadores de las guerras; o el tema se torna demasiado
nauseabundo para las grandes mayorías, sus garantes hagan voltear las miradas
hacia otras zonas o asuntos, que si bien es cierto, no carecen de valor,
también lo es, que no lo tienen tanto. Es como si dijesen: aquí me estoy
quemando… o me achicharré… llamen a los bomberos para que apaguen el fuego o lo
soplen hacia otro sitio.
El Medio Oriente ardió
y aún está llameante –Quizás piensen- y
por acá me están azocando por este supuesto entuerto en que me metí. Hay que girar
el rumbo; o aparentar hacerlo antes de que mis defensores me reemplacen, o las
miradas de toda una humanidad me incineren. ¿Será por eso que EE.UU. ha arremetiendo
con tanta fuerza contra la bolivariana
Venezuela…o acaso querrá desviar la atención de lo que realmente le interesa?
Ahora, y hablando
de otros temas; muchos nativos, humildes, sencillos, conocedores del “monstruo”
del que hablara nuestro José Martí --entre ellos jóvenes e igual, “entrados en
años”-- desean alertar a propósito de amistades que consideran resbaladizas. Al
respecto dicen ¡Cuidado! No podemos olvidar lo que dijo el Ché: “Al
Imperialismo no se le puede dar ni un tantito así.”
¡Claro! que no,
amigos, ¿Acaso se podrá olvidar la teoría de la “Fruta Madura” las astucias utilizadas
cuando el Acorazado Maine, o el Buque “La Coubre”; a la Enmienda Platt,
mediante la que aún tenemos un puñal clavado en medio del pecho, la Base Naval
de Guantánamo; el arrebato del Triunfo a las Tropas Mambisas, so pretexto de
apoyarlos contra el Ejército español, cuando éste ya estaba tácitamente vencido?
No, los hechos arteros no se borran de un plumazo. Todos los recordamos; y para
los que no, ahí están las memorias históricas.
No obstante, al
menos así pienso, es mejor mirarse cara a cara que tener que hacerlo de reojo.
Los procederes y
estilos no se desconocen, como tampoco dejamos de percibir las palabras,
líneas, expresiones supuestamente encubiertas en todo un contexto. Los ojos
están bien abiertos, los oídos aguzados y el puño con la firmeza que le confiere
la razón y los principios que nos han amparado por más de medio Siglo.
No por casualidad
después de 56 años Cuba sigue de PIE.
21/03/15
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