martes, 21 de febrero de 2017

Razones para no ser felices



Por Denis María Reyes


 
Con la verdad absoluta por delante ¿Podríamos decir que somos felices? ¿Y si la respuesta es sí, por cuántos minutos se goza de ese deleite?

El mundo está "patas arriba" y de verdad que es muy, pero muy difícil que vuelva a poner los "pies" en su lugar, si es que algún día los tuvo ahí, porque hasta lo que conozco, no creo que alguna vez haya estado derecho, a no ser en la época en que aún no existían los humanos o todavía carecían de razón, pues desde que tienen juicio, la ambición ha dominado todo sus entendimiento.

Cómo ser felices cuando sabemos que un niño llora por hambre y frío, o su madre lo vio morir por esas causas.
Cómo serlo, al enterarnos que en países hermanos, una madre vendió un infante como única opción para salvarlo; o cuando conocemos que crecen llenos de parásitos, en lugares insalubres, sin educación, porque los recursos de sus familias no les alcanza para más; pero peor aún, porque su país –que si los tiene- no se los proporciona.

Quién podría ser feliz cuando se cercena la vida, el mayor y único tesoro del hombre, por mera codicia, por el dominio de un área geográfica, política o económica; en fin por todo lo que allí existe, sin importarles la distancia que haya entre ésta y los avariciosos.

Podrá alguien disfrutar haciéndolo sobre cadáveres, procediendo como un verdadero "eje del mal", siendo partícipe directo o no de masivos homicidios; cuando pesa sobre sí el desasosiego de un hogar, el desequilibrio emocional de un ser, o de la silenciosa muerte de nuestra propia heredad.

A veces me tranquiliza la certeza de que quienes violentan las personas o los Estados, desperdician los alimentos o no piensan en sus semejantes; pisotean los Derechos Humanos o ajenos, son enfermos mentales, pues no es posible vivir sin avergonzarse dilapidando bienes y alimentos, mientras millones de seres carecen de todo lo elemental para su vida. ¿Serán humanos, a veces me digo, o extraterrestres llegados en un extraño OVNI?

Por eso, cuando medito en las barbaridades que cometen los hombres, cuando veo sus inverosímiles crueldades me quedo pensativa, atónita. Mi raciocinio no da cabida a semejantes salvajadas, entonces concluyo, en los irracionales, es admisible, pero no en los humanos, no.

La impotencia me invade y me pregunto ¿cómo podrán ser felices con ese actuar...cómo podremos serlo nosotros conociendo esas atrocidades? ¡Cómo serlo, si hay miles de razones para que no sea así!


Mientras la paz y los Derechos de los hombres sean rehenes de la codicia, la Felicidad será sólo un ensueño.

21/2/17

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