sábado, 10 de enero de 2015

El mundo necesita PAZ



Por Denis María Reyes
 
Casi desde siempre la humanidad ha vivido en un mundo convulso, en el que se tensa cada vez, con más fuerza, la cuerda de la existencia, y no muchos se percatan de que todo lo que es mal tratado pierde tanto sus atributos como sus genuinas riquezas para, finalmente, quedar aniquilado.  

En el periodo 2014 no hubo un día en que no se hablara de hechos bélicos, como si hubiesen sido pocos los desastres naturales o acaecidos involuntariamente por errores humanos o  por irresponsabilidad ante la madre Tierra.

Millones de personas, dejaron de existir por hambre, otros tantos sufren de enfermedades curables, como otras miles aún se debaten entre la vida y la muerte por epidemias tan temibles como el Ébola, por sólo citar la más fatal de éste y de los últimos tiempos.

El calor, las lluvias, el frío, las fuertes nevadas, el deshiele polar, las inundaciones, los efectos derivados del cambio climático, a diario van socavando la vida terrestre; y como si fuese poco, en el lapso que acaba de concluir, también hemos conocido de barbaries como la desaparición de los jóvenes Normalistas en México, o de sucesos como el secuestro de más de 200 niñas en Nigeria, entre otros hechos vandálicos. 

¿Qué haremos para frenar estos y la ola de calamidades que azota al mundo? Evidentemente si no actuamos, los estragos llegarán a nosotros lo mismo que un boomerang; y, lamentablemente, ya lo he dicho, pagarán primero los más vulnerables de la familia humana.

En el periodo que acaba de cerrar, millones de personas sucumbieron como consecuencia de la violencia, la pobreza, la ignorancia, por el deterioro del clima, por falta de asistencia médica, por las guerras que aún no acaban, en tanto enormes fortunas que podrían socorrerlas, fueron destinadas a estas últimas. 

Según estadísticas mundiales, y solamente por concepto del comercio de armas, anualmente se gastan cerca de 80 mil millones de Euros, caudal que debiese utilizarse en asistir a los desposeídos, a los dañados por devastadores fenómenos naturales; a preservar la vida en vez de destruirla, pues aún hay miles de personas agobiadas por la miseria.

La existencia, el principal de los Derechos Humanos, tema tan llevado y traído a conveniencia de políticos, es obviado por gobiernos y por las ricas potencias que guardan sus arcas “bajo siete llaves” en vez de destinarlas a los desamparados.

En 2014, sin soslayar los importantes intentos de muchos gobiernos, políticos, organizaciones y grupos humanitarios en favor de la paz; los logros de la ciencia y la técnica, hay que hablar, más que de eso, de muerte, de aviones civiles derribados o desaparecidos “misteriosamente”, de países asediados por terroristas y sus cómplices, disfrazados de conciliadores; y de Naciones, que por falta de recursos no pueden más que lamentar las pérdidas.

Con inteligencia, unidad y el despojo de ambiciones inútiles, los hombres pueden  frenar los males causados a la naturaleza y por ende a la existencia misma. 

La Humanidad necesita PAZ. Llegó la hora de trabajar concienzudamente por ese mundo MEJOR de que tanto hablamos y que, desesperadamente, anhelamos. 

10/01/2015

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