sábado, 3 de diciembre de 2016

¡Yo soy Fidel!

 Por Denis María Reyes

A veces se dicen frases llevados por las oleadas, en este caso de un mar de pueblo que desde la muerte física del insustituible Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, se expresa en toda Cuba, sin embargo, igual la ovaciono no porque la marea me conduce, sino porque ello significa la continuidad de sus enseñanzas y conservar en alto sus banderas.

¡Y cómo no hacerlo! si fue el hombre más preclaro del siglo XX, el faro de los pueblos del mal llamado Tercer Mundo; el que refulgió en nuestro tiempo y seguirá iluminando con su inmortal antorcha las generaciones futuras.

Pero más que eso, le seré fiel, porque lo que soy y tengo se lo debo, incluida la vida de mi propio hijo quien gravemente enfermo recibió gratuitamente los servicios médicos indicados para renacer.

Lo mismo propició en cientos de países a millones de seres humanos, mediante las misiones médicas que Cuba desarrolla en los más intrincados lugares del Latinoamérica, África, Asia y Oceanía.

Lo soy porque solamente con la Revolución que lideró una humilde campesina podría descender de la Sierra Maestra y escalar la imponente escalinata de la Universidad de La Habana, donde se forjó Fidel Castro como el incuestionable líder del Moncada, el yate Granma, la Sierra Maestra y la Revolución, que aún resiste el cruel bloqueo económico, financiero y comercial del gobierno de los EE.UU.

Son millones los cubanos graduados en diferentes profesiones, e incluso, imparten clases en otras latitudes del mundo, gracias a la obra de este hombre que aún después de su deceso físico, es aclamado por el verdadero pueblo cubano, el que jamás lo abandonó ni la hará, porque así lo está demostrando hoy.

¡Yo Soy Fidel! porque llevo en mis sentimientos sus enseñanzas, porque con él vi crecer mis sueños, porque con él y la Campaña de Alfabetización, aprendí a dar a mis iguales los mínimos conocimientos que, como pocos, había tenido la suerte de alcanzar. Me enseñó la historia de mi país, a defender mis raíces, mi identidad nacional, a amar el terruño, del que solamente sabía, que por él podía caminar.

Fidel se caracterizó por ser el abanderado incuestionable de las personas más necesitadas, de los campesinos, de la mujer, de los niños y ancianos, de los enfermos, de los obreros; y uno de los primeros mandatarios que se alzó en defensa del planeta Tierra y de la humanidad, cuando dijo "...acabemos con el hambre y no con el hombre..."

En estos tristes días el pueblo cubano le honra en el trayecto hacia el siempre rebelde y victorioso Santiago de Cuba, desde donde continuará esparciendo su luz de esperanzas para todos los necesitados de este mundo.

Por todo esto y por mucho más, son miles las razones por las que digo como el mar de pueblo, que corea al paso del cortejo fúnebre: ¡Yo soy Fidel! 

3/12/16 

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