Por
Denis María Reyes
Aunque sigo pensando que el actuar de los hombres aún
está lejos de lo razonable, al menos algunos se esfuerzan y encaminan los pasos
hacia la materialización de acciones esperanzadoras, que si bien es cierto aún
están lejos de lo que es preciso hacer, a pesar de eso, ya se piensa con más
acierto sobre lo que es mejor para este portentoso mundo.
Este lapso, 2015, ha sido declarado por las Naciones
Unidas, ONU, Año de Acción Global para un Futuro mejor, en tanto la propia
organización mundial, igual lo denominó “Año Internacional de la Luz y las
tecnologías Ópticas”, acción que lidera la UNESCO y son señales de que se está
pensando mancomunadamente en actitudes de buena voluntad para salvar, o al menos
airear, el sofocante ambiente contemporáneo. Son luces de esperanza por el hoy
y el mañana.
Por ese futuro mejor que queremos, la primera de las
acciones procura conseguir paz y estabilidad económicas y social para esta
convulsa humanidad, en la que día a día, sufren más las consecuencias de los
descalabro financieros, sociales y medio ambientales, las clases empobrecidas.
Somos nosotros y no otros, los que con un desarrollo
sostenible, ajustado a las necesidades elementales de los hombres, y sin sobre-explotación
de los recursos naturales, unidos y trabajando armónicamente y sin ambiciones
usureras, podemos y debemos salvar el presente y el futuro; pero para eso, tal
y como lo hizo América Latina y el Caribe en su zona, el mundo entero tiene que
ser declarado UNA ZONA DE PAZ, donde el primer objetivo sea cuidarlo, que es lo
mismo que decir proteger lo más importante: la vida.
Con esa finalidad la organización rectora trabajará
–según se ha proyectado- en la promoción de soluciones tecnológicas, globales,
que, basados en la luz garanticen la educación, la salud, la agricultura y la
energía de una manera inteligente, en lo que jugará un papel importante el
aprovechamiento de la luz solar, entre otros, y el racionamiento del uso de la
luz eléctrica.
En este año hay organizaciones y países que se han
pronunciado también por una vida mejor para los niños y adolescentes, dentro de
los que -según estudios de UNICEF y la UNESCO- más de 120 millones no pueden
acceder a la educación, problema que no alcanza a los niños cubanos, pues aquí,
la instrucción llega a los más recónditos lugares de la nación, aunque sea nada
más que para formar a uno sólo de sus niños.
Realizado en Australia por primera vez en 2007, este
año, se celebró a nivel universal “La hora del Planeta”, acción ambientalista
encaminada a inclinar las miradas hacia el cambio climático. Y de la misma
manera, con cada vez mayor frecuencia, en casi todos los países crece la lucha
y la conciencia dirigidas a protegerlo. En ese andar nos acercamos a la
conferencia de París, a celebrarse el próximo diciembre, donde habrá un nuevo
pacto vinculante y en el que, a pesar de algunas decepciones de cumbres
anteriores, la gente ve nuevas luces esperanzadoras.
Lento, pero el mundo se mueve en pro de ese futuro
mejor que soñamos.
Son las luces que nos salvarán del eclipse total.
12/06/15
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