Por
Denis María Reyes
El mundo gira y con él mis pensamientos; de vez en vez sobre
lo que me concierne de cerquita, después con los inconvenientes de mi gente y
luego examina los andares de las muchedumbres que van pegadas al globo terráqueo
como si fuesen meros chicles o garrapatas al galgo que las ha de alimentar,
quiera o no.
La diferencia es que el esferoide, que igual nos carga con
agrado o no, está sacando cada vez con más bravura, las energías que devastarán
esta Heredad, si seguimos por los caminos que andamos: irrespetándolo, violando
sus leyes naturales y devorándolo todo sin dejar ni para el futuro cercano y
mucho menos para el que dista más. No por casualidad la gente de pensamientos amplio,
aboga a diario por la protección de la hermosa pradera que aún hoy gozamos.
Y volviendo sobre la idea inicial, para no perder el
hilo de lo que me trajo hasta aquí, he ahí la meditación que me acercó al tema:
no todo lo que hablo me atañe, sino ¡Pobre de los escritores!
A veces sí, los asuntos me conciernen, pero no es sólo por
eso que los pulso, sino porque he aprendido a extraer de cada década vivida sus
enseñanzas, aprendizaje valido para parlotear sobre cualquiera de los temas que
han de importar a los seres racionales.
Así, se convierten en fuentes informativas el entorno
familiar, la ciudad en que vivimos, el país natal y finalmente el mundo y su
contorno, que desde siempre, ha incluido hasta el espacio astral. Entonces, con
esa mirada opino que hay mucha, pero mucha “tela por donde cortar”, como dicen
los refraneros populares de por aquí.
Hoy, por ejemplo, podría referirme a los problemas de
salud de mi familia, pero igual, a los propios; o –como ocurre en muchas partes
del mundo- a las penurias de los que ven
morir a sus hijos por hambre o por la inaccesibilidad a los servicios
elementales vinculados a la sanidad de su región.
Asimismo, se puede hablar de los dimes que diretes de
muchos Partidos políticos y de sus elecciones, similar, en Europa que en
Estados Unidos, América Latina o cualquier región del mundo; de las acusaciones
que pesan sobre EE: UU: por su bombardeo en Siria –según afirman- con
sustancias químicas o de las muertes que acarreó éste.
De la misma manera se puede dedicar un párrafo o más a
las intervenciones injerencista del país Norteño en los asuntos del Continente o
fuera de éste, con el “apuntalamiento” a los candidatos o presidentes de su
agrado, o viceversa, con su ayuda al derrocamiento de quienes los incomodan.
Podríamos mencionar igual, la posición tan
contradictoria de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que para los
cubanos no es ningún secreto; a la par sobre las causas de las grandes
migraciones, igualmente que se puede sostener, sin temor a equivocarse, que a
pesar de todos los esfuerzos que, incluso, hacen las propias féminas, éstas
siguen siendo mal tratadas como género, en todos los órdenes.
En este mundo convulso hay tantos temas para meditar, como
personas, porque cada una de ellas tiene una historia, la propia y la de sus
semejantes, las que pudiésemos ver si nos posesionásemos en la cima del Globo
terráqueo a mirar cruzar el “carrusel de la vida”. Es que todo, tu, yo, el
tiovivo, tus pensamientos, giran con el universo, el que va marcando nuestro
tiempo y el de cuanto le pertenece.
Entonces, el propio mundo que nos mueve va tejiendo
nuestras historias, por eso hoy puedo contar la mía y quizás, mañana la tuya.
20/4/17